Cada dia estoy mas convencido de que el pensar demasiado provoca infelicidad, o angustia, o...vamos, que no ayuda al bienestar. Tú ves a una oveja, comiendo hierba, y se la ve feliz, despreocupada, a sus judias, comer, dormir, comer, dormir,aparearse, trasquilarse, comer... es la vida del cerdo!
Durante las fiestas, soy muy feliz, sólo me preocupo de dormir el rato que pueda, ir a los toros, tomar sangria, reirme, tontear, bailar, gambitear..es lo más parecido a la vida de la oveja. No pienso mucho, lo justo para pasar el dia sin sobresaltos.Si me haces pensar en fiestas, me destrozas, me haces pasar un mal rato, eso bien lo sabe alguien que yo me sé.
Después pasan las fiestas, y otra vez la vida "normal", la depresión post-fiestas y el jet lag asociado, y claro, las noches en cama sin dormir, piensas mucho, muchas vueltas a la cabeza, y sobre todo, muchas lamentaciones, mucho remordimiento de conciencia, y la bola se hace grande grande y se forma un tapón ahi como en el pecho, que tu sabes que no son gases, pero que te oprimen y no te dejan estar tranquilo.
Después el primer fin de semana tras las fiestas, que es uno de los mejores del año, porque por la inercia de fiestas estás contento, recuerdas anécdotas, hablas con los que han compartido la mayoria del tiempo contigo...y subidón...para luego el domingo y sobre todo el lunes, bajar a los infiernos otra vez, pero esta vez, para quedarte alli una temporada...
El caso es ese, que pensar no es bueno del todo, que las ovejas son felices, que las fiestas son muy ricas, que los gambiteros tenemos remordimientos de conciencia y nuestro corazoncito, y que daria una patilla por regresar al dia 1 de julio, para volver a hacer lo mismo, porque me encanta tropezarme una y otra vez con la misma piedra
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yo a veces quiero ser una oveja...una oveja negra!
